Jesús Pérez Romero

EL RICTUS AMARGO DE LA SOLEDAD            

 

Ocultando detrás de una sonrisa

el rictus amargo

que se dibuja en los labios fríos

de mi alma…

 

Cada mañana recojo los huesos

rotos de mi soledad

y los planto en una maceta

de esperanzas

esperando con la ilusión

del amante celoso

que, en algún momento

las heridas que te alejaron de mí

cicatricen.

 

Que tus caricias broten de nuevo

en tus manos

como brotan las rosas en primavera.