DEMÓDOCO

SUEÑOS DE POETA NO SON GÜEVONADAS

Por Alberto JIMÉNEZ URE

 

El poeta

No tiene permitido

Algo distinto a  «soñar»

Lo que sustanciará su genialidad

Para demarcarla en los inevitables pleitos

Que asumirá a paso lento o saltos mientras contempla

Las «auroras boreales» del pendenciero firmamento.

  

Siempre estará

En cada intersticio del Universo

Mirándolo y, con asombro a veces,

Percibiéndose afortunado por sabio.

 

Inteligentemente priapo

El poeta deambula con majaderías exactas

Antes de eyectarse hacia la atmósfera terrestre

Donde ya ninguna persona dirá que allá va un güevón.