Y entonces descendí,
Me encontré conmigo misma
Y con la misma pregunta
Que sin respuesta invade
Cada minuto de mi tiempo
Y cada gota de mi sangre.
Sigo luchando contra la pared
Y hay ocasiones
En las que parece que ganaré
Pero no.
Intente convencerme a mí misma
De que cada derrota
Es un gran paso
Hacia la victoria
Pero no contaba con que cada paso
También golpeara mi vida.
Me han convencido,
Todo contra lo que lucho
Parece estar siempre ahí
Inamovible, intacto.
No me considero una luchadora aguerrida
Implacable, fuerte,
Pero sé que he sobrepasado
Los límites de la terquedad.
Al menos sé que lo hice todo,
Nadie podrá decir que
Ha sido mi cobardía o indiferencia,
Porque siento que ya no
Queda nada más que hacer,
Lo hice todo, y me doy por vencida.
Busque la manera de cumplir mis sueños
Luché, esperé, grité, callé,
Corrí, me detuve, observé y cerré mis ojos,
Subí, bajé, dí, pedí,
Me liberé y me aprisioné.
Nada dio resultado,
Y cuando ya no quedaba nada por hacer
Quise aprender a vivir sin cumplir mi sueño,
A buscar otros sueños,
A olvidar, sanar, y volar,
Me convertí en otra persona,
Una que olvida, una que vive,
Una que es fuerte,
Y todos sus sueños ya fueron realizados,
Pero cada noche me sentía sola
Una soledad indescriptible
Una soledad que se llevó años de mi vida
Carcomiendo mis huesos y bebiendo mi sangre,
-Talvez así deba ser la vida.- Pensé
-Talvez deba seguir fingiendo felicidad.-
Pero los años apagaron mi alma,
Me desvanecí en el polvo,
Cuando lograba abrir los ojos ya no me encontraba,
Me había ido por completo.
Pero un rayo, una luz que miraba a lo lejos
Me ayudo a levantarme,
Y seguí por ese camino,
Tropecé algunas veces,
Pero mientras caminaba,
No podía evitar sentir alegría,
Alivio, paz, seguridad,
Por fin estaba segura de cuál era el camino
Y lo único que ansiaba era llegar al final
Y saber que era esa luz que me ayudó a seguir.
Me enfrenté a nuevas luchas,
Y en ocasiones se sentía como la primera vez,
Tuve miedo de dar demasiado,
Pero cada paso me hacía ver que era el camino correcto,
Que valía la pena dar
Lo que tuviera que dar.
Llego el día en el que sentí el calor de la luz en mi piel
Sentía como era real, y empecé a correr,
Dejo de importar lo que faltara por atravesar,
Estaba feliz, creía mirar cómo estaba tan cerca del final del camino,
Me convertí en la persona más fuerte e invencible
Que he visto jamás, no importaba lo que se parara en frente
Para obstaculizar mí camino,
Yo lo vencía, y mientras esto sucedía
Recordaba mi pasado,
Todas mis derrotas, mis fracasos,
Humillaciones, traiciones, mentiras que me dijeron,
-Ya todo ha terminado por fin.- pensaba.
Y seguí corriendo entusiasmada y feliz…
Imaginaba mi salida de ese túnel,
Comencé a imaginar mi futuro,
Y los rayos del sol tocando mi piel,
Hasta calcule la fuerza de debía ejercer
Para alcanzar la salida y subir al exterior.
Estaba viendo la luz más de cerca cada vez,
Sentía alrededor la calidez de la luz impregnándolo todo.
Llegué al lugar…
Y de pronto mis ojos se cegaron,
-¿Así es llegar?- pensé
Pero entonces el calor se disipó
Retrocedí un poco trate de mirar al mismo lugar
A donde había mirado todo el tiempo
Pero en ese mismo lugar ya no había nada.
Estaba ahí, con frio, y lo único que había
Era un largo camino que seguía de frente,
En la oscuridad.
NO HAY SALIDA
Tuve que sentarme a pensar
Porque no entendí lo que pasó
Y me enfrente con una lucha dentro de mi,
Todo lo había imaginado,
No había luz, no había calor, no había salida.