Hugo Augusto

Balcón del alba

¿Cómo acariciar el ardor del cielo

mientras permea tu mirada?

Envolviendo los textiles de recelo

cual viento profano en alborada,

me mantendría al acecho

hasta el momento del alumbramiento.

Volarán las prendas en cada aliento

y derramarás néctar de tu pecho.

 

Aleteo infinito de un cuerpo etéreo,

no habrá nubes que brinden sombra,

exasperantes refugios del deseo.

El cielo fértil está hoy de incesto.

No digas nada… se acerca la noche,

vuélvete a oscurecer sin un reproche.