A ti, quien te fuiste, y hoy no estás conmigo.
A ti, quien si no te hubieras ido, serías aún mi guía.
A ti, quien me diste la dicha de ser hijo, un día
A ti, a quien extraño todavía, aún sueño contigo.
A ti, hombre de manos grandes y pasos cansados.
A ti, que de estar justo aquí, serías un maestro.
A ti, quién para mí y mis hermanos, fuiste padre nuestro.
A ti, querido viejo, a pesar de tanto tiempo, extraño estar a tu lado.
A ti, quien te fuiste un día, y no te despediste.
A ti, quién vive en mi memoria, y de mi corazón no te has ido.
A ti, a quien no sé dónde te encuentras, y a quien nunca olvido.
A ti quiero decirte, que por tu partida, mi alma aún está triste.
A ti, a quien no logro olvidar, aunque ya me pongo viejo.
A ti, a quien estuviste poco, pero aún están tus consejos.
A ti te recuerdo cada día, te veo siempre en mi reflejo,
Al ver cada arruga de mi piel, siempre que estoy frente al espejo.
Para ti padre es mi plegaria, justo hoy, en tu día.
Que la paz que viene de Dios ilumine tu gloria.
Sé que aún en mi vejez, vivirás en mi memoria.
Y no bastará tu ausencia, para yo olvidarte un día.