Carrusel eterno de vida …
Ver esas imágenes por momentos
tan breves
que parecían diminutas estrellas
de un firmamento infinito
que me desafiaba a caminar siempre
auscultando el horizonte de mi entorno
cuando el sol se despedía por las tardes
creando arreboles desafiando
a descubrirlos
antes que la luz se retirara
a sus aposentos de descanso
para dormir y renacer
con más fuerza
para enfrentar las nuevas auroras
con luces renovadas
- mucho más claras.
Tanta belleza imposible, tanta realidad distinta
solo soñada o simplemente imaginada
como compañera de soledades
colmada de ruidos y gente extraña
que va y viene junto a mi y que no me ve
ni me divisa…
La Gran Ciudad
Pareciera que no existo
aunque seguridad tengo
de encontrarme
en medio de un oleaje
de un mar desconocido
en el que puedo descubrir
sus bellezas a pesar de sus ruidos.
Caminar interminables calles plomizas
llenas de costumbres
al ver pasar la gente
que también se adiestra
en mirar sin ver nada distinto
de tanto pasar por ellas
con las mismas premuras
repetidas días y años,
envejeciendo la vida.