Bruma que en su pecho existía
Él bebe en su pesebre dormía
Su alma de esas puras
En el silencio persistía
Que no llore y trate de crecer al tiempo
Que su destino está escrito y solo a ser ha vuelto
De la grandeza su palabra con espinas de rosa
Que su corazón llega y destroza
Belleza misma y sonrisas escritas
Coronas de oro y palabras de la brisa misma
Cuna perdida de pino fino
Y recubierta de algodón con lino
No grites más porque es tu destino
Lo que bello vino y su aroma destila
Bebe saciante de bruma secante
Que la vida te muestre como rey brillante
De porte caldeante
Y sonrisa deseable
Rey prometido al fin llegaste
Arrullado por tu cuna cambiante.©
AG.©