El tiempo va roto
las manecillas del reloj mueren
se detiene la respiración del cosmos,
las sombras abarcan el sueño,
derraman su dolor las estrellas muertas.
Camina el hombre solitario
entre los lobos arcaicos y el cielo milenario,
la Luna voltea hacia la penumbra
en esa mirada se destruye la vida,
el rencor del hombre se extiende
entre los otros seres vivientes.
Universo finito, universo infinito,
canta el hombre sin esperanza
ansioso por lanzar flechas de oro
en el corazón de todos los otros.
En la pausa eterna del tiempo
el hombre lagrimea su odio y amor,
por cada lágrima florece un sol,
las Lunas vecinas sonríen divinas
a pesar de las sombres impredecibles
que consumen con la muerte.