Nunca fui capaz de tapar mis emociones, ni de apagarme la cara.
Amo y odio con pasión. Y se me nota.
Voy del blanco al negro sin parar en ningún tono intermedio.
Por eso pienso que tiene que ser un gustazo eso de ser un ser gris.
Un oscuro y tedioso ser gris al que se la suda todo.
De niño para tapar mis emociones,
corría tras el viento hasta que le daba alcance
y los sudores y la rojez que me producía la carrera disimulaban mis pasiones.
Ahora; ya ni puedo ni quiero correr tras el viento,
ahora simplemente mantengo apasionadamente la calma
y espero que pase el viento y me refresque con su brisa