MARTIROLOGIO
Autor: Julio Barrantes, noviembre 2014.
Sobre la cruz, en el pedregoso suelo, yace
el cuerpo del mártir, sangrante, golpeado
y humillado, soportando el dolor infringido
por el implacable verdugo, cruel castigo.
Hincado a su lado, el soldado, ya dispuesto,
levanta la maza y la deja caer hundiendo el
clavo, traspasando carne y nervios, sobre
manos y pies, regando la sangre del hombre
que está sobre el madero, soportando el dolor,
sin que se inmute el verdugo.
Ya sujeto a la cruz, el maltrecho cuerpo es izado.
Ni un quejido, lagrimas ardientes recorren su faz
y pareciera orar.
“Padre... perdónalos... que no saben lo que hacen”.
Rodea la turbamulta el lugar, se escuchan los insultos
de los que lo recibieron como rey un día.
“Recibe mi espíritu, padre... Todo se ha consumado”.
Expira y un silencio repentino se deja sentir, la
oscuridad envuelve el lugar...
han ejecutado un inocente...
Siglos pasan y aún continúa el martirio, cada día,
otros verdugos continúan martirizando,
al que un día predicó… Paz y amor.