Wellington Rigortmortiz

* El Elemento Placebo

 

Nunca fueron

tan absolutas las verdades,

disolviendo

los recuerdos de la mente

en un mar coagulado

de putrefacta sangre,

fusión de hermosos sueños

y obscuras realidades,

apetito insaciable

devorador de almas,

que abriga a mi piel

absorbiendo la vitalidad

de tu espíritu en mi carne,

una prisión, en la que

mueren las esperanzas

y el silencio es burla,

hipocresía,

veneno letal para la ironía.

 

Nunca fueron

tan absolutas las mentiras,

por ser femeninas

en su terminología,

las hice dogma

y esencia de la vida,

al final, igual que yo,

resultamos ser solo

mitología en el tiempo,

nunca fuimos tan absolutos,

atrapados en un laberinto

con los centauros

de la muerte

y miserables histriones

profetas del amor flirtero

a nuestro lado,

es observarnos

con indiferencia cruel,

como soñar despiertos

profundizando la mirada

para desquiciadamente

irnos olvidando lentamente

para siempre

como última condición

de ridícula salvación.