Nada más triste que una cama vacía,
aunque ella esté limpia e inmaculada,
esa cama seguirá sin vida hasta la madrugada,
sin ilusión, sin esperanza hasta un nuevo día.
La cama del pobre en su choza,
no está tan limpia pero no es fría,
esa cama está habitada y conoce la alegría,
ahí duermen y se dan calor el mozo y la moza.
Nada hay más triste,
que una habitación oscura,
es raro, pero existe.
Nada más esperanzador,
que un soleado jardín,
para la amada y el amador.