Querer entender a Cuba te lleva una vida
completa de apreciarla en lo que significa
pues lo humano es un desafío de meta viva
por su gente y la historia a la que dignifica.
No es necesario ser un revolucionario total
aunque del Che y también de su Fidel algo
he aprendido: se derrama sangre por amar
cuando se está convencido del ser amado.
Tan simple, cariñoso y de profundas raíces
resulta ese país con fronteras de isla penal
que la imagen difícil habida en sus narices
la llevan con amor imposible de comparar.
Juraría pero no quiero que se ofenda nadie
ella ama tanto el precio de tener lo simple,
sueña con entregar a todos felicidad al aire,
caminando el sol en su espalda así de libre.
Si dijera mi Cuba pero ella no es algo propio
aunque por momentos así la presumo mía;
imaginar de ella la humanidad es tan obvio
siendo de mi corazón su testimonio de vida.