Cada noche, muchos tormentos y pesadillas me arropan,
mi demencia sale a luz, y pide saciar sus ganas con furia,
le digo que no, sus deseos no podrán cumplirse
y por macabros nunca podrán ser hechos.
Pero como precio de no obedecer ni acatar órdenes,
descargan todo dentro de mi pequeño cuerpo,
dando dolores, pensamientos oscuros y tristeza a los ojos,
pidiendo yo compación, y la demencia queriendo continuar.
Es como ahogarse en el mar,
con algo que te retiene hacia abajo,
mientras miras a todos allí arriba,
pudiendo respirar el oxígeno.
Cada vez que cierras los ojos,
logras ver ese paraíso negro tan adictivo,
que lo único que hace es llevarte felizmente
a tu ruina, tu demencia y tu final.
Las personas podrían ver una sonrisa en tu rostro,
pero ¿realmente estás sonriendo también através de los ojos?
La idea de mi demencia, no es que me vea bien,
sinó que logre sentir y transmitir algo.
Como la demencia, el arte de mi demencia.
ELENA HAKKINEN