I
Cuando me ví en el espejo,
cuando me expulsaron de
reality,
como se expulsan a los latinos
en el "imperio" de los yankees,
comprendí
que tan yo era:
observé mi rostro doloroso
y mi misterio conjurado:
sentí un ardor
en los abismos de mi ego,
una dolencia comparable
con la decapitación de la
mítica medusa.
II
Mi reflejo era taciturno:
podía verme hasta los huesos,
podía ver los dolores de mi
madre
en los inicios de mi parto;
podía ver moldeándome
al Supremo
en las primeras etapas de los hombres;
exagerando, podía ver a
DIOS
detonando el Big Bang:
el gran estallido de los cielos.
III
Sí que sentí tristeza:
quise largarme de este mundo
y
luego retornar.
Quise largarme
y me estrellé con las
virtudes.
Quise largarme
y
me atrapó la poesía.
Quise largarme
y me conmoví de mi respiro.