Gladys (Laly)

RENUNCIA Y PERDÓN

Tú llegaste a mi vida,

cuando menos te esperaba,

cuando mi mundo era tinieblas,

tú fuiste el rayito de luz,

que ilumino mi camino,

yo no quise enamorarme de ti…

¡pero me enamoré!

y empecé a replantar el amor,

en el jardín de mi alma y mi ser…

 

Sí las tinieblas se desvanecieron

y el sol volvió a brillar para mí,

bendije el momento en el te conocí

y a la vez maldije el momento,

en el tuve que partir,

renunciar a tu amor fue herir mi alma,

me fui sin decirte ni siquiera ¡Adiós!

 

Aquella renuncia es mi cruz,

me pesa tanto a pesar de los años,

quise enterrar ese sentimiento en el olvido,

quise echarlo al vacío,

de donde no pudiera volver,

de donde no pudiera hacerme sufrir,

de donde no pudiera lacerar mi alma.

 

Quise olvidar tu rostro y tu nombre,

me perdí de nuevo en tinieblas,

por mucho tiempo tuve el alma enmudecida,

por mucho que lo intente,

no pude arrancarte del alma,

siempre permaneció intacto el amor.

en lo más profundo de mí ser,

sin que pudiera hacer nada.

 

Pero uno no puede luchar,

en contra de ese sentimiento,

que es el amor…

ni el tiempo ni la distancia hace,

que uno olvide al ser amado,

aquello que un día te regalo,

no sé si el destino o la vida.

 

Ese sentimiento maravilloso llamado amor,

que muy pocos logran reconocer y quedarse con él,

el amor siempre permanece intacto,

sólo uno cambia, envejece y muere,

el amor verdadero no muere,

permanece más allá de la muerte.

 

Tu aliento toco mi rostro,

¡Qué más podía pedir para mí a Dios!

¡Si eras el regalo de mi vida!

permitiste que volviera a  salir el sol en mi alma,

por ese gran amor que nació un día entre los dos,

que no se les es otorgado a todos,

ahora solo te pido perdón,

por ese amor que un día nos unió,

¡Perdóname por favor!  

                                                                                                  ggm.  20/01/2015.