(a P.V.)
-Como consecuencia- Oscura
Al reflejar nuestros corazones
Deviene -sangre- converge
En la espesa sustancia
De la hermosura que contiene
el núcleo de todas las ostras y mares
En la fusión teórica de los amantes
Que paridos por el fuego expulsan
Un cántico de visiones -una miriada-
Expuesta a la fractura, junta mi mano
Inexistente en la espera junto al espacio
Entrecortado de un suspiro que no quita
Al tiempo su flujo de plata hilado
pero da a cambio vida y restituye el juego
En el filo de la frontera contigo
En el límite de su vacío, espero
No volcar las amatistas sobre el lecho
Y La vía Láctea, palpita, deviene espejo
De este cuarto, de este coro acuartetado
De este cuerpo refulgiendo la mañana
que afino y ejecuto a momentos
Con misterio -que ambos bien conocemos-
Y de un momento a otro
La noche acepta su sacrificio
Y no hay miedo que nos derrumbe
A despertar de su penumbra y sueño