Quiero que escojas, mi vida, entre todos estos besos
los que más te gustaría que te diera en tu lecho.
¡Quieres besos de canela!
¡Quieres llenarte de miéles del panal que da mi hoguera!
¡O te gustan más los besos cuando a los ojos te miro,
queriendo bajar del cielo la luna que veo en tus ojos!
¡Dime tú cariño mío, si para yo darte un beso
no quiere nada de eso,
sino mi cuerpo en tu lecho
abrazado junto al tuyo!
Pídeme lo que tú quieras, no será ningún capricho,
que todo lo que me pidas te lo daré por derecho,
pues solo por darte un beso
mis derechos, perdería y si alguien me porfía
a batírme estoy presto
por ganar esa partida para llevarme tu beso.
No necesito la luna ni las estrellas del cielo,
con solo mirar tu cara con esos ojítos negros,
me tienes enamorado hasta el tuétano de mis huesos.
Menesteo
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