Hace frío en la ciudad,
típico de un invierno de Agosto.
Aunque el frío que siento
es mas bien el vacío que hay en mi.
Llega la noche
y los faroles de cada casa y calle
se encienden,
Al igual que mis pensamientos oscuros.
Oscuros, pero no tenebrosos
o perturbadorores, si no,
de pensamientos sin luz,
sin claridad, apagados.
Pensamientos que no tienen
esa lámpara encendida, pensamientos
que caen por el precipicio de la duda,
carenciando la razón.
Beneficos o no,
pero al fin pensamientos
con los que a veces deceo llegar a algún lado
y a veces solo no.
Pensamientos que divagan
por mi mente.
Quizás, pensamientos importantes,
como, tonteras también.
Es más,
creo que estoy divagando ahora,
se me ha hecho costumbre
entre tanto discurrir e idear.