María sonreía,
La lluvia comenzó a caer,
\"Tranca la puerta y pon las ollas\"
Pedrito colocó la tranca en la puerta
y Juanita colocó las ollas.
La tormenta amenazaba
con llevarse el rancho,
la tranca parecía ceder,
la noche había caído.
\"Prende la vela, Pedrito\"
La madre estaba muy cansada.
En el otro camastro
estaban Juanita, Julián y Carlos;
los tres tenían miedo a los truenos.
María llamó a sus hijos.
Los cuatro niños se sentaron
al borde de la cama de la enferma:
-¿Qué quieren que les traiga mañana el Niño Jesús?
-Yo quiero que me traiga una patineta,
una bicicleta y un guante -dijo Julián.
-Una muñeca y un juego de cocina -pidió Juanita.
-Una bicicleta más grande que la de Julián y un balón -replicó Pedrito.
Como soñar no cuesta nada,
aquella reunión duró hasta
que la lluvia terminó.
\"Vamos a dormir, muchachos-dijo Pedrito-
que mi mamá se quedó dormida\".
Pedrito apagó la vela.
En la oscuridad del rancho
solamente se escuchaba
el caer de las gotas en las ollas.
María no respiraba.