Tus manos, tus manos de terciopelo
que encienden mi noche y me muestran el cielo.
Tus manos traidas de no se donde,
de lugares lejanos que tras montañas se esconden.
Tus manos aroma de flores
caricia divina, caricia de amores,
tus manos dulces tus manos tiernas,
manos que hacen promesas eternas,
tus manos que asombran por su pureza,
y me dan consuelo cuando mis tristezas.
No solo tus manos; sino también las mías,
que te dan caricias...y nunca quedan vacías.
Y no es esta una característica indispensable,
que sin abrir la boca, nuestras manos hablen?