En hojas olvidadas, ajadas y amarillas,
los sueños en el tiempo, quedáronse dormidos,
pasáronse los años en prontas manecillas
y solo fueron pasos, caminos recorridos.
El rostro en el espejo, refleja tantas luchas;
La piel antaño estaba tan bella, fresca y tersa
y así como los llantos, las risas fueron muchas,
y el cuerpo se sostiene también con poca fuerza.
Imágenes fugaces revuelan en tu mente,
y a veces un suspiro, liberan en su vuelo,
que al verte ensimismado, despierta tu presente
y vuelven a sentirse los pies, en firme suelo.
Las horas van pasando, con ellas días, meses,
otoños, primaveras, inviernos y veranos;
Momentos que quisieras vivir una y mil veces,
grabados en tu mente, tan cerca y tan lejanos.
Por eso los amigos son grata compañía,
y no debes dejarlos perder en el camino;
Escucha sus historias, de llanto y de alegría,
al fin y al cabo aquellos, ...también son tu destino.