Miraba el océano en su quietud
y la luz del atardecer
lo iba vaciándo en tus ojos traviesos.
Ahora te nace
un sol brillante en tus pupilas dulces.
Los peces se columpian
en tu risa
y recogen de las caracolas
toda esa vida que las habita.
Con amor, poesía, eco y salitre,
la melodía de agua
recorre la arena blanca
construye un dique de amor.
El viento y el cielo comienzan a sonrosarse,
llegan las olas acariciándose
se dan un baño de estrellas.
La marea sube tragándose lenguas de arena...
las algas cantan una nana
al amor extendido en las orillas de la playa...
2-8-2017