Me asomo sin temor al fino espejo
de tu mirada cálida y amable
de transparente fondo, tan confiable
tu mirada que viaja desde lejos.
Son lagos cristalinos, tan profundos
de fondo verde musgo, terciopelo
que reflejan la inmensidad del cielo
imágenes llegadas de otros mundos.
Tus ojos resplandecen en la bruma
donde nace el deseo, la ternura
que visten y desviste mi figura,
llama azul de la noche, donde muero.
Tienen la paz de los montes en calma
y la dureza del metal fundido
tus ojos pueden ser el suave nido
donde descanse para siempre mi alma.