Un soneto, mal pretexto de nombrarte
o mejor, de nombrar tu quintaescencia
más bien razón de ignorar tu ausencia
que de escribir algo, con galano arte
Y a riesgo de que la insistencia te harte
o que quebrante tu holgada paciencia
vuelvo a extrañarte con salaz demencia
y exulto mis ansias haciendo mi parte
Entonces, nos quedan dos opciones
O vienes y me dejas a besos maltrecho
y yo te azoto el alma con dos canciones
O voy yo y me quedo a vivir en tu pecho
y desoigo tu pingües lamentaciones...
Pero que vienes o voy… ¡Es un hecho!