Un pedazo de luna en los cristales
humectados con lágrimas de invierno,
un cigarro con su humo en espirales
y gotas de café sobre el cuaderno.
La nieve ha blanqueado los caminos
y el viento se ha llevado ya tus huellas,
mas tu nombre es un eco entre los pinos
y brilla tu mirada en las estrellas.
Mi poema es un grito que, atrapado,
quisiera ser una paloma intrusa
o una brisa que pase por tu lado
para rozar los pliegues de tu blusa.
Soy feliz al pensar que tu figura
ha impregnado mis letras de dulzura.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
(Fotografía de Gabriela María Pía Maldonado)