Gemía dolores el niño,
el ambiente en sus aristas
se torno atroz, roto, doloroso.
Sangre y muerte por el lugar,
humanos en sollozos,
gritos de odio y dolor.
El niño en su pesar pedía a mamá
el exilio del sufrimiento sentido,
a los ardores de su infante físico.
El alma desquebrajada volaba.
Existía un culpable, nadie lo vio,
huyo el cobarde,
esfumo su vida en acto maldito,
causante del calvario
alrededor del niño.
¿Qué hizo el pequeño?
para recibir tal regalo,
para morir en el suelo
después de ser atropellado,
sin cumplir el sueño
de conocer el mundo
fuera de lo imaginario.