La dulzura tenue de tus ojos
Se desprende suave y penetrante
Y me quema la piel y me desgarra
Rabia sorda que entorpece los sentidos
Volviendo al hombre fiero
Y a la mujer salvaje.
Un signo de sexo en tu mirada veo
Ven y calma el deseo
No reprimas tu carne
Que la mía palpita por llenarte.
Llena el vaso que vacío espera
El nivel que se desborda por exceso
Busca el momento, no le temas
Impregna tus caricias en las mías.
Vierte la sabia dulce de tu boca
En mis cálidos y blancos marfiles
Que jugaran el papel tan importante
De recorrer tu piel…. De carne a carne.