Hojas…
Vaivenes amarillos en danza plena
que ondea sus avisos de muerte o vida
misterios que han danzado siempre
buscando donde posar sus alas
para adormecerse en los profundos
silencios de los silencios…
Otoños teñidos
y marcados por esa danza de siempre
que nos lleva por sendas recorridas
por tantos y tantos años
con ojos nacidos y madurados
desde los primeros vuelos
de bosques nacientes
y crecidos,
viendo volar
esas primeras hojas…
Desde una cuna tejida
con las mismas hojas amarillas,
descoloridas y asustadas
que danzaban coreografías del viento tibio
de las tardes…con voces,
melodías susurrantes
adormeciendo la vida…
Ellas ondeaban despidiéndose del sol
que se arrancaba como huyendo
de su propia luz
para no ser conminado a seguir alumbrando
esas despedidas
de aquellas mariposas amarillas…dolidas
desprendiéndose de las ramas cunas
de esos árboles llenos de años
que también quieren dormitar sus soledades
en silencio de siesta…
Igualando esos rayos de sol
que se esconden por las tardes
de las voces naturales que claman
por seguir viviendo eternamente
en las mañanas
de un nuevo día
con amanecidas
de auroras con luces nuevas
y tibiezas que acojan
y cobijen
para partir viviendo otras sendas,
infinitas desconocidas…
Maravilla y giro que señalan un giro más
de ese carrusel de hojas que caen
y vuelan amarillas
buscando lecho
o solo son tiempo de partida
de otros ciclos que se inician.
Misterio de las hojas amarilla
que en los días de otoño
vuelan y danzan sus melodías
de muerte y vida
sin inicio y sin término...
Sendas desconocidas
infinitas