Cada paso en la vida es un tronar cósmico,
arcaicos gritos surgen del yo más profundo,
millones de latidos forman lo intenso que me rodea,
goteos constantes de sangre me recuerdan el origen
del hombre que huye o trata de coincidir con el tiempo.
Fluye la inteligencia entre la mirada atenta y la soledad,
el cosmos se dilata en cada parpadeo y el pensar.
Infinidad de sensaciones suceden en la penumbra
los laberintos se pierden en la oscuridad perpetua
yo como hombre camino con el corazón en la mano
después de razonar el sentimiento acorazado.
Se derriten el odio y el amor en aquellos gritos,
escurren los pasos sigilosos en el temple del tiempo.
giran y giran los espasmos de la muerte
acercando la eternidad del infortunio.