EL TIEMPO PASA
Autor: Julio Barrantes, 8-14-16
El tiempo pasa raudo y vemos de
súbito, un rostro enjuto frente al
espejo. Facciones que al final,
cual duro árbol, que fue verde
y florido, ahora rugoso, seco, al
juvenil rostro que fue, en soledad,
silencioso, recuerda la bondad
de lo vivido, alegría celestial.
El tiempo pasó, no esperó, siempre
fue hoy, Kairos llegó y se fue, sin poder
tomarle de su mechón, esperar y querer
cambiar un destino impuesto, siempre.
El ayer estuvo lleno de júbilo y alegres
anduvimos, gozosos, zalameros y festivos.
El mañana no existía, siempre hoy, vivos.
Y fuimos, la familia, unidos, creadores.
La descendencia, extensión de una estirpe
orgullosa, emprendió los pasos dejados
por el ancestral linaje, casto y sagrado,
el tiempo nos dejó sembrar la estirpe.
El tiempo pasa... ésta generación sabrá
dejar sobre la huella encontrada, la
propia huella, que seguirán también,
la orgullosa prosapia familiar, creadora.
El tiempo pasa... y sigue el espejo
reflejando el enjuto rostro de ojos
brillosos, de mirada firme, de hinojos
ante el altar de Crónos, y su reflejo.
El tiempo pasa... raudo, y estamos de
súbito, aquí, viviendo el hoy, esperando
que llegue el momento de pasar andando,
la antorcha ígnea...el tiempo pasa...arde.