Camino por calles vacías, cubiertas por neblinas pasadas
Junto a mí va una estrella, la más grande de todas
Su luz es el foco de mi inspiración, de mi sueño eterno
Siento que la noche invade la sangre de mis venas,
mientras lechuzas azuladas cantan cerca de mis oídos
No hay nadie, nadie que pueda frenar el impulso irresistible
Nadie que pueda condenar, imponer, marginar....
Soledad incomprendida, ilusoria, efímera
¿Por qué tantas almas temen tu llegada?
¿Es que no ven en ti la libertad total, el fluir natural de la esencia?
Injustos aquellos que han condenado al lobo solitario, al águila independiente
Banales los amantes de falso apego, de las sonrisas ilusorias
Me siento solo, aunque estoy rodeado de gente
Caigo en el ensimismamiento, en la soledad que tanto glorifica mi alma
Y mis acompañantes abrazan mi certera convicción; ¡la plenitud!