A mi dime lo que quieras, mi vida, todo menos un adiós. Mejor dime hasta luego y nos reunimos por un café.
Cuando el sol se ponga yo te canto una canción y nos vemos al día siguiente, corazón.
El adiós es severo como el ceño de mi madre, frío como mi padre hasta el fin y rotundo como ninguna otra palabra lo es. Por eso prefiero yo un hasta pronto y así me hagas preguntarme, cariño, cuando te veré otra vez.