La alegría en la tristeza
es jurar el amor a la amada,
ir con el pecho en alto por la vida
y firmar a puño y letra una batalla perdida;
canción de gesta para la eternidad.
Ya vienen más batallas por perder
y más esperanzas para ganar la guerra,
tristes rosas y felices cuervos
nos esperan en los cementerios.
Bien nos acoge la ciudad santa
somos tan alegres como niños
y tan tristes como mirlos enjaulados;
hay emoción en la esperanza de ser libres.
Que hermosa es la vida, melancolía que ríe
al sentir como sueña mi amada
en el fondo del corazón,
a qué hora despertará a reclamar mi mano;
ojalá antes del olvido.
Triste la ausencia, como batallas ausentes
como noches sin estrellas,
como los árboles sin pájaros;
no hay luces, no hay música,
hay solo alegría en la esperanza.
En los sueños el alma traza rutas eternas.
Sentir la vida en el dolor dulce
a la eminencia del ocaso
el sabor de una amarga nostalgia,
final de mi último trayecto con el sonriente deseo.