No pierdas nunca la calma en medio de la desesperación y la frustración.
No enciendas tu furor, porque donde hubieron llamas, cenizas habrán.
No desquites tu maldad por quien mañana lloraras.
Tu mascota no tiene la culpa, tu madre o tu hermana solo quieren ayudar.
Pero tus ojos solo ven como un juez buscando alguien a quien culpar.
Dios te mira desde lo alto y espera alguna inteligente decisión,
pero aun no puedes pensar, porque estas armando cabos sin demorar.
Dios se cansa de esperar y en un espejo te hace mirar.
Tu retrato y tu figura se reflejan y parecen una caricatura de alguien que
no quiere esperar. Como un niño enojado que de la nada se a enfadado.
Luego te retiras triste a tu habitación. Te has acostado y tus mejillas se han mojado de tanto meditar.
De las cosas que fabrican tus locos pensamientos y emociones que deben terminar.