Agradecía y agradezco tanto su innata capacidad de amar
Para papa y mama
Me mecía en la cuna de sus manos
La brillante candidez de los abrazos más seguros
Que mis hombros fueran a probar,
Podía encontrar cualquier alivio en el susurro,
En el sonido de esas voces de cuna,
Voces que me dieron alas cobijándome en ellas,
Que me tejieron sueños con el hilo propio de sus deseos,
Manos salpicadas por el pasado que con suave vaivén
Mecieron mi llanto, sus ojos reflejaban más que sus vidas,
La mía.
Mi madre me enseñó a mirar las estrellas,
A querer a Mercury y a bailar a cualquier hora,
Me tomo la mano y me condujo al placer
De una buena película, al deleite de la comida casera
Al olor de las mañanas y el pasto fresco y recién cortado,
Me tomo la mano y tejió sus sueños de orilla a orilla
Los bordo en mi coronilla,
Mi madre me enseño sobre fortaleza,
Fuerza, constancia empoderamiento y vocación
Me abrió las alas, me templo en acero,
Me mostro los dientes y nunca me dejo.
Mi padre me enseño de música, me mostro el arte
La dedicación, el abrazo el cariño y la devoción
Me forjo humana, cálida, llena de vida
Sensible, bondadosa, justa y llena de valor
Me entrego la paciencia de la charla
Y el valor de los abrazos,
Sereno siempre me hablo, en sus ojos iba mi vida
Mi cariño y mi amor, mi lado dulce, mi amor.
Ambos su vida sin ningún disimulo la entregaron,
Hilvanaron, juraron esfuerzos para extender mis sueños
En mantas de algodón.
Los amare por siempre
Gracias por ser y estar (…)