Se disuelven las estrellas.
Un gris en sus rostros
cargan la tropel de víctimas;
olvidadas, anónimas.
Cautivos y observadores.
Cenienta la mañana cae
en la arena húmeda
de alguna playa del litoral.
Con la desnuda vida
llegan los días aciagos…
deambular con los recuerdos
y el emblema de la inocencia.
Antonia Ceada Acevedo ©