Dentro de una lágrima duele un mundo
y puede la nimiedad doler también
en esa lágrima.
El alma usa las aguas salinas que brotan
porque dicen más que las palabras
desde el llanto.
Y se desliza por la piel buscando aliento
en el suelo o el alivio de un pañuelo
y en él yace.
Y allí, en los hilos del pañuelo o en el suelo,
el dolor de humana dignidad se muere, convirtiéndose
en el barro del origen.
De mi libro “De cuentos y de poemas”.2015 ISBN 978-987-1977-72-7