El gris del día no daba paso
a la felicidad que brotaba,
pues se aferraba al recuerdo
que tanto anhelaba.
Hablaba, callaba, se marchaba
pero volvía para preguntarse,
qué deseaba, ¿estaba?
o ¿era algo efímero lo que pensaba?.
Su muerte dejo perplejo
a todo el que lo escuchaba,
pues fueron los que vieron nacer
a ese amor que se apagaba.
Tras el paso del tiempo
los protagonistas amaban,
a otros humanos
que, sus días de color pintaban.