Pasas la vista sigilosa entre bellas nubes,
como si te escondieras en el azul del cielo,
cual golondrina sola, perdida en pleno vuelo.
Escalera sin peldaños es donde tú subes.
Y busco tu mirada cada otoño, o verano.
pero la hojarasca te cubre a ti de sombra.
mientras que tu cuerpo impávido y frío, te nombra
en el silbido de las muertas hojas en vano.
Tus fuerzas ya han cruzado caminos sin paso,
hoy las veredas se visten largas y cansadas,
ya los pies deambulan en un invierno y das
a las manos el color crudo, de aquel ocaso.
Trato de encontrar tu silueta entre los espejos,
pero es tarde, muy tarde, no te veo te has ido,
ya no llega el murmullo de tu boca a mi oído
y una lágrima enjuga tus tiernos negros ojos.