Los optimistas nacéis como todos, con lo puesto; apenas un cuerpo que envuelve un corazón, y un cerebro que alberga el pensamiento.
Pero a diferencia de los demás, con vuestros ojos vais buscando aquello más bello con lo que construir vuestras vidas.
Con vuestras manos vais trabajando lo que recogéis por el camino, mientras vuestros oídos se alegran con el solo cantar de los pájaros.
En las manos se os hacen callos pero no os importa porque sabéis que así resisten mejor el embestida de lo áspero.
Y mientras ensambláis lo bello, los pesimistas desde su abismo os gritan que os falta un tornillo.
No dejéis nunca que os desanimen las palabras de los desfallecidos.