Tomé la maleta
Empaqué los recuerdos
Los besos, Las caricias
Los motivos, Las peleas
Y escapé sin más un día
Mientras corría,
Se hizo más pesado el equipaje
Y tiré los recuerdos por la cañería,
Dejé las peleas a vivir en la basura
Junto a los motivos que te enfurecían.
Mientras lloraba,
Junté los besos y los ahogué en el río
Empujé a las caricias para morir atropelladas
Y así… vacía la maleta,
Quedé inmóvil… agotada.
Me di la vuelta,
Pensé en volver a tu lado,
Pero al retroceder el primer paso
Se me abrió la herida.
Y entonces de mis entrañas el amor te gritó:
-¿Me extrañarás uno de estos días?-
-¿querrás recoger lo que boté en el camino?-
-¿volverás a caminar de mi mano?
El viento susurró las respuestas
y como novia fugitiva
me curé con lágrimas el traumatismo
para continuar con la huida.
Hoy, con pocos años encima
padezco las secuelas de la nostalgia,
-¿Así somos felices?- pregunta mi mente atribulada
-Ya no será lo mismo- solloza el alma.
Entonces el corazón se anima y exclama:
-Supongamos que te echo de menos
Y nos reconciliamos en la cama-
Me digo entonces yo:
-¡Qué tontería!-
Sería mayor mi amargura si te buscara,
porque llegando a tu puerta la brisa me susurra
que recuerde aquel día
en el que con otra te encontrabas.