Alberto Escobar

Casualidades

 

 

Dos amigos se encuentran despúes de veinte años.
(no es un chiste, tranquilos...)
(fueron compañeros de facultad).
Después de fundirse en un largo abrazo casi 
húmedo por alguna lagrimilla, se serenan y se
asaetean a preguntas:

Felipe.- No te puedes imaginar la alegría que
me invade Roberto, he removido cielo y tierra 
para encontrarte, y por obra del destino me 
cruzo en un lugar cualquiera con la suerte de 
verte ¿Qué tal te va la vida?
Roberto.- Pues muy bien, como puedes ver con la
nieve poblándome las sienes y las arrugas dueñas
y señoras de mi rostro.

Felipe.- Y qué cuéntame, ¿Estás casado, tienes
hijos?

Roberto.- Hasta hace poco sí estaba casado, ya 
ves, los azares de la vida me abren nuevos edenes 
verdes esperanza a la vez que intempestivos.
Lo cierto es que estoy muy contento, mis hijos son
preciosos, mi relación con su madre es a pedir de
boca...
¿Y tú qué Felipe, qué me cuentas puñetero?

Felipe.- Pues, bueno, también estoy contento, 
tengo tres hijos preciosos y estoy gozando de una 
nueva vida. Fíjate,(te lo cuento en voz baja para
que no se entere nadie, que el diablo acecha por 
doquier) conocí hace poco una chica la mar de
simpática, mucho más joven que yo, con una 
sonrisa que quita el hipo, (a ver si te la presento), 
que me tiene distraído el seso, me cuesta
centrarme Roberto...

Roberto.-¿¡Qué me quieres decir, que estás prendado!?
Felipe.- Yo no diría tanto Roberto, pero es verdad 
que me gusta mucho, es como un soplo de aire   
fresco que ventea todas las habitaciones de mi alma...
Roberto.- Me gustaría seguir hablando contigo pero 
tengo prisa, te dejo mi whatsapp y quedamos, ¿Vale?.
Felipe.- Venga, quedamos en eso.
Me alegro muchísimo de verte Roberto.

Caída de Telón: Quedaron para seguir hablando el fin
de semana siguiente y se lo pasaron pipa...
Si les veo espero que me cuenten cómo les fue la 
segunda cita.