Alexandra L

Ahora

 

Cuento las horas baldías que consumen gobernantes
en ese andar tan errante por las sendas de la vida,
donde no encuentran la vía que conduzca a la verdad
a la solidaridad que imprescindible se hace
anulando el desenlace que nos arroje al final.

Tengo sueños inquietantes donde vivir es dilema,
y la muerte es todo el lema que mueve a la humanidad,
rezo por el que será, de los niños del mañana;
mirar desde una ventana lo que queda del futuro
envuelto en el humo oscuro, en la abrasante metralla.

Se está deshaciendo el árbol magnifico de la vida
sangra la tierra dolida, los mares están muriendo
nuestro planeta perfecto, está entrando en agonía
y ha de alcanzarnos el día que todo quede desierto.

Alcemos una muralla, entre el odio y el rencor
sembremos campos de amor, donde florezca la fe
y que en cada amanecer ilumine la ilusión
retornemos a la alianza del hombre hermano del hombre
construyamos en su nombre los puentes de la amistad.