¡Como un Torrente de Amor!
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Primero lo sentí dentro de mí,
y lo busqué en mi alma hasta encontrarlo:
difuso, distante, lejano… coma
una sombra, como un susurro, como
un incendio muy tenue y vago…
¡Después como un torrente de amor,
radiante, iluminado… mostrándome
su corazón abierto -su sangre-,
las heridas de su frente, la brecha
de sus pies y de sus manos…!
Primero lo sentí en mi interior
y revolví mi entraña hasta encontrarlo:
triste, callado, llorando ante mi puerta,
tocando la aldaba para estar junto
a mi lado… Después como un incendio,
como una llama, como un resplandor muy
fuerte y claro… ¡como una voz profunda
desde mi interior gritando…!
Francisco López Delgado.
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