Ir al final del tiempo: hay un fragor
de sangre azul infiel que tanto quema;¿negarla en un capricho?. Es anatema,
es blasfemia de un Cristo Redentor.
Ir al tiempo, embriagarme de sus vinos,
contemplar tu cariz inmaculado;
de una viña pagana, es un pecado
que destruye mis nervios asesinos.
¡Tiempo! una redención en tu hiel
se silencia al final de la aurora:
Tiempos lejanos, hembra redentora,
musa de Ares, alcoba tan infiel.
¡Oh tiempo! eres un gran conquistador,
y fuerte como Eunuco gladiador.
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David John Morales Arriola