Desde la atalaya de mis pensamientos…
Contemplo
con cierta rabia contenida
la mágica belleza de tu cuerpo jugando
casi desnudo
entre los brazos generosos y atrevidos
de un laberinto
de besos, caricias y fuentes de piedras.
Contemplo tu cuerpo casi desnudo
rodeado
de un halo suave y tibio
que invita
a la contemplación y dan riendas
sueltas
a los deseos más impuros de mi soledad.
Desde la atalaya de mis pensamientos…
Contemplo
con cierta rabia contenida
como el sol
abriendo sus ojos
me invita a volver a la realidad cotidiana.