Una mujer transparente
vistió en ese rato,
de mi cuarto las cortinas
Mujer de tibias manos
Que con liviano movimiento
Va inundando cada esquina
Leves siento
las caderas del viento
que embistiendo la madera
me trae el rumor
de la última frontera
hacia otro mundo
Yo, con el humor
sereno y tendido
del que está en calma,
persivo en el alma
su caricia tibia, leve
Profundamente respiro...
Y me pregunto si será
La muerte así de breve
Una mujer transparente
Cruzó aquel día
Las cortinas de mi vida
Y me besó en los labios