Mi alma visitó un sueño
tan intensa maravilla
el sueño se hizo mi dueño
y me atrapo en su caricia.
Y atrapada en su caricia
entre sus manos de seda
fueron las horas más bellas
que hasta entonces conocía.
El sueño se hizo mi dueño
y feliz se echó a volar,
por sobre el inmenso mar
días y noches transitó.
Tan intensa maravilla
se desplegó ante mis ojos
adorando sus antojos
fuimos tierra, agua, y semilla.
Mi alma visitó un sueño
que tan profundo calo
enraizando en su interior
para ya nunca marchar.
Hoy después de tanto tiempo
sigue abrazado a mi vida
artesano de ilusiones
y mago de fantasías.
Al desvanecer fue herida
que causo tanto dolor
hoy es cicatriz de amor
que sobre el alma gravita.