Cuando el sol multiplique…
CUANDO el sol multiplique la luz de aquellas flores;
reflejará también su aureola en tus inmóviles ojos.
Mientras que absorto miro las labores de la araña,
empeñada en ceñir, con su hilo invisible, al universo.
Y ahora, por los bosques del cerezo,
buscamos, como pájaros ebrios, el pabellón de la ternura.
No olvides que cuando tus labios se cerraron a mis besos,
mi boca quedó revuelta como una deshecha colmena.
Compañera… viajemos por el mundo y sus escalas.
Chipre: rodeada de un blanco y fúlgido cúmulo de espumas.
Irak: recónditas ruinas y estatuas, ocultas en la arena.
Subamos al tren de las nubes en Tacuara o Polvorilla,
y toquemos el cielo azul con nuestras manos;
hasta detenernos, en la frontera salvaje de un beso errante.
©Derechos Reservados- José Rodolfo Espasa